
Discapacidad cognitiva diferentes perspectivas
La discapacidad cognitiva es una alteración o dificulta en el aprendizaje que se ve reflejada en el desarrollo “normal” intelectual, respecto a la opinión del psiquiatra Márquez Caraveo, (2011) y sus colegas, para la identificación de la discapacidad cognitiva se debe implementar tamizaje de desarrollo psicométricamente fiables para el adecuado diagnóstico, de acuerdo a la medición del coeficiente intelectual y el nivel adaptativo del niño o adolescente.
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Además Márquez, (2011), afirma que para que hayan mejoras en un paciente con discapacidad cognitiva se debe realizar un tratamiento multimodal, en el cual se cuente con el apoyo de un profesional de psiquiatría, que se encargue de la intervención farmacológica, para el control y regulación de conductas problemáticas como hiperactividad, agresión e irritabilidad, dado que a pesar de que los fármacos no van a curar la discapacidad cognitiva, pueden de alguna manera favorecer el proceso de rehabilitación en dicha condición, pero este tratamiento debe contar también con el acompañamiento del profesional de psicología que interfiera con técnicas científicas como el análisis conductual, técnicas cognitivo conductual y modelos que apoyen la integración e inclusión de la persona al medio, y por último se debe contar con la familia y entidades educativas para que haya mayor facilidad de aprendizaje e inclusión social, puesto que esto posibilita mejora en la implementación de estrategias de adaptación, afrontamiento y resolución de problemas.
Desde el la perspectiva psiquiátrica, Según Rodriguez, (2013) las personas con discapacidad intelectual también pueden presentar un trastorno mental por lo que se define como diagnóstico dual, lo cual no implica que el hecho de que alguien presente trastorno mental necesariamente tenga discapacidad intelectual. Los trastornos relacionados con la D.I son los trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastorno de angustia/pánico, agorafobia (miedo a la exposición de situaciones), trastorno de ansiedad generalizada, trastorno obsesivo-compulsivo, fobia, trastorno por estrés post-traumático, esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. Partiendo de lo anterior, el autor aclara que cuando la persona presenta una discapacidad intelectual es difícil diagnosticar si presentan además una enfermedad mental, porque se da un efecto eclipsador, que Cooper hace referencia para explicar que estos síntomas mentales pueden pasar desapercibidos por la asociación que el clínico hace con la discapacidad mental, y para la adecuada identificación de los síntomas deben examinarse el nivel intelectual las habilidades comunicativas y el funcionamiento físico y social.
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Desde la perspectiva neurobiológica se aprecia afectación biológico-estructural, en el cual se ven comprometido el cerebro, según la variedad etiológica, en donde influye el desarrollo de las etapas de la gestación, lo provoca deficiencias en las redes sinápticas, que son las encargadas del adecuado procesamiento de información para mejor aprendizaje, afectando el desarrollo escolar del sujeto y la adaptación al medio, por esta razón cuando se pretende rehabilitar a un niño o adolescente con esta discapacidad, se sugiere que se realice un trabajo multidisciplinario de aproximadamente 6 a 12 meses, dependiendo la alteración a tratar, dado que la etiología neurobiológica, solo nos permite conocer algunos factores de riesgo como los prenatales, perinatales y posnatales que influyeron en la adquisición de la discapacidad cognitiva. (Ríos, Flores y López, Gutiérrez, 2017).
Algunas de las dificultades cognitivas son:
Retraso mental: Según blogspot, (2010), son personas con un coeficiente intelectual por debajo de 79, lo cual les da un porcentaje de discapacidad del 15 al 29 %, se considera leve, si el coeficiente intelectual está entre 50 y 69, con un porcentaje de discapacidad entre el 30 y el 59%, será moderado si su coeficiente esta entre 35 y 50 y el porcentaje será del 60 al 75%, grave si tiene entre 20 y 30 de coeficiente y profundo si es por debajo de 20, ambos con un porcentaje de discapacidad del 76%, aclaro este punto para dejar claro que cada diagnóstico es diferente, requiere tratamientos diferentes y se desglosan diferentes complicaciones aun siendo el mismo síndrome, esto pasa en todos los casos, y es solo uno de los diagnósticos.
El retraso mental, hoy en día ha sido modificado por el concepto de Trastorno de desarrollo intelectual leve, moderado y profundo. El cual implica un nivel general de funcionamiento intelectual bajo, además de que involucra deficiencias en las funciones cognitivas tales como: alteración en la memoria a largo plazo, fallas atencionales y la velocidad de procesamiento se aprecia afectada. Según American Psychiatric Association, (2014) El trastorno del desarrollo intelectual, se presenta en el desarrollo e involucra alteraciones en el funcionamiento intelectual, lo cual afecta la capacidad de adaptación de quien padece tal condición, dado que la persona posee grandes dificultades para responder por sí misma ante las demandas del medio.
También existe el déficit de atención con o sin hiperactividad, o mixto, en este caso se desarrolla desde muy temprana edad y requiere de mucha atención por parte de los padres, los maestros y los allegados, pues son ellos quienes ayudarán a la correcta rehabilitación del paciente; En este diagnóstico no hay factores solamente biológicos, sino también genéticos, bioquímicos, e inclusive ambientales que pueden influir y en estos últimos, quiero hacer énfasis, pues los niños en edad escolar empiezan a manifestar su inconformidad con las condiciones de su entorno (violencia intrafamiliar, abuso, carencias afectivas, choques emocionales fuertes, bullying, entre otros), y una de estas maneras es llamando la atención desde sus conductas, comportándose de manera irregular, distante, desatenta, hiperactiva o distrayendo su propia atención como mecanismo de defensa para desconectarse de las situaciones que le generan inconformidad, con el objetivo de cambiar la situación, esta condición debe ser atendida desde la psicología, la pedagogía, la psiquiatría, el trabajo social con la familia del paciente y mucha comunicación, ya que es de esta manera que se puede rehabilitar al niño en caso de presentar TDA con o sin hiperactividad, o realizar terapia y acompañamiento en caso de que se deba a factores ambientales que afecten la conducta del niño.
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Otro de los diagnósticos que se abordaron en la investigación es el síndrome de Down, es importante aclarar que es diferente del retraso mental, puesto que una persona con diagnóstico de retraso mental puede no tener síndrome de Down, pero el síndrome de Down si tiene como una de sus características principales el retraso mental; una persona con este síndrome, tiene una condición genética irreversible, pues en el par de cromosomas 21 tiene un par adicional idéntico, esto causa problemas en el desarrollo del cuerpo y el cerebro y se manifiesta con un fenotipo específico, es decir unas características físicas sobresalientes como son la nariz achatada, pliegues únicos en la palma de la mano, orejas y boca pequeños, ojos inclinados hacia arriba y manos anchas con dedos cortos; con este tipo de personas es necesario tener en cuenta que hay que fomentarles una conducta que les estimule su independencia, una logopedia para que mejoren sus destrezas en comunicación y fisioterapia para enseñarles destrezas motrices. (Alvarado, 2017).
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También se investigó sobre el síndrome de autismo, este se caracteriza por un desorden en el desarrollo del cerebro de los niños que deteriora la comunicación en la interacción social que causa un comportamiento restringido y repetitivo, los síntomas más relevantes de un paciente con este diagnóstico son: la repetición de palabras que escucha, rechaza el contacto físico, alinea cualquier objeto, gira o se mece sobre sí mismo, no tiene noción del peligro y una insensibilidad aparente al dolor, lo cual hace indispensable mantenerse en acompañamiento continuo. (Alvarado, 2017)
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Este síndrome también tiene un escalafón que lo clasifica en varios tipos, entre ellos el síndrome de asperger, este tiene como síntomas la falta de empatía y poca sensibilidad hacia otras personas, relaciones sociales muy limitadas, evitan mirar a los ojos del interlocutor, poseen dificultades para identificar los gestos y emociones de otros, tienen rutinas poco usuales, presentan un lenguaje pomposo o pedante, tienen dificultades para entender un lenguaje que no sea literal, puesto que se les dificulta comprender metáforas, chistes y sarcasmos, tienen un tono de vos inusual o monótono y les preocupa muy poco la respuesta de otra persona. (Tarkowski, 2017).
Referencias:
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American Psychiatric Association. (2014). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5®: Spanish Edition of the Desk Reference to the Diagnostic Criteria From DSM-5®. American Psychiatric Pub. Recuperado de: https://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=1pmvBAAAQBAJ&oi=fnd&pg=PT8&dq=trastorno+del+desarrollo+intelectual+moderado+definicion&ots=9HBHDaHatq&sig=n-lO
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Alvarado, R. (2017). Síndrome de Down. Servicio de salud de Yucatán. Recuperado de http://salud.yucatan.gob.mx/portfolio-item/sindrome-de-down/
Alvarado, R. (2017). Conoce sobre el autismo. Servicio de salud de Yucatán. Recuperado de http://salud.yucatan.gob.mx/portfolio-item/conoce-sobre-el-autismo/
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Blogspot, (2010). Características de niños con discapacidad intelectual (parte II). Recuperado de http://info-tea.blogspot.com.co/2011/07/conociendo-el-retraso-mental-o_20.html
Márquez, M., Zanabria, M., Pérez, V., Aguirre, E., Arciniega, L., & Galván, C. S. (2011). Epidemiología y manejo integral de la discapacidad intelectual. Salud mental. Scielo, 34(5), 443-449. Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S0185-33252011000500008&script=sci_arttext&tlng=pt.
Ríos, J. y López, C. (2017). Neurobiología de los trastornos del aprendizaje y sus implicaciones en el desarrollo infantil: propuesta de una nueva perspectiva conceptual. Revista Psicoespacios, Vol. 11, N. 19, pp.174-192, Recuperado de: http://revistas.iue.edu.co/index.php/Psicoespacios/article/view/942/1218
Rodriguez, L. (2013). Discapacidad intelectual y enfermedad mental. Análisis de Calidad de vida. Recuperado de: http://digibuo.uniovi.es/dspace/bitstream/10651/18239/6/TFM%20Luc%C3%ADa%20Rubio%20Rodr%C3%ADguez.pdf
Tarkowski, D. (2017). Qué es el Asperger, cómo entender este trastorno y cuáles son los síntomas. La gaceta. Recuperado de https://www.lagacetasalta.com.ar/nota/88602/desenchufados/que-asperger-como-entender-este-trastorno-cuales-son-sintomas.html